¿Por qué se suicidan? Parte I
La muerte es el camino inevitable de la vida misma, está implícita en nuestros genes desde el día que nos concibieron. La vida puede ser, para algunos un camino largo, para otros más corto; bien vivida…o mal vivida.
La muerte puede ser un proceso largo y doloroso, o bien repentina, accidental, inesperada… Pero hay otros que se sienten muertos en vida y por algún motivo deciden voluntariamente poner fin a sus días. A eso le hemos puesto el nombre de suicidio, un nombre frio que no logra describir el dolor desgarrante que produce en los familiares y allegados este acto.
El suicidio es un acto humano que se ha perpetuado a lo largo de la historia, sin cesar. (Es atípico que alguna especie animal decida poner fin a sus días.) Lo que ocurre es que el sentido del acto en distintos momentos históricos ha sido diferente. No es lo mismo el significado de quitarse la vida para un griego del siglo VI aC que para un occidental del siglo XXI.
El primer suicida al que la Historia dedica unas líneas es Periandro (siglo VI a.C.), uno de los Siete Sabios griegos. Diógenes Laercio contó cómo el tirano corintio quería evitar que sus enemigos descuartizaran su cuerpo cuando se quitara la vida. El monarca eligió un lugar apartado en el bosque y encargó a dos jóvenes militares que le asesinaran y enterraran allí mismo. Pero las órdenes del maquiavélico Periandro no acababan ahí. Había encargado a otros dos hombres que siguieran a sus asesinos por encargo, les mataran y sepultaran un poco más lejos. A su vez, otros dos hombres debían acabar con los anteriores y enterrarlos algunos metros después, así hasta un número desconocido de muertos. En realidad, el plan para que el cadáver del sabio no fuera descubierto era brillante, pero en lugar de un suicidio tenía visos de masacre colectiva.
El conocido Horacio Quiroga (1878-1937) a la tierna edad de tres meses es testigo de cómo su padre se quita la vida disparándose en la cabeza con una escopeta. Su madre vuelve a casarse y después de cinco años de matrimonio, el padrastro se suicida con idéntico método al que había usado su padre biológico. Con el tiempo, el joven Quiroga se hace profesor de castellano en el Colegio Británico de Buenos Aires y se casa con una alumna, que en 1915 se suicida bebiendo un líquido para revelar fotografías. Mantiene un breve idilio y una larga amistad con Alfonsina Storni (quien se suicidaría 20 años después arrojándose al mar) en la siguiente etapa de su vida. Un amigo le consigue el puesto de cónsul de Uruguay en la capital porteña, y lo pierde después de que el mismo amigo se suicidase. Un año y un día antes de que se quite la vida su gran amigo Leopoldo Lugones (arsénico), Quiroga ingiere una dosis letal de cianuro. Poco más tarde se suicidaría su hija mayor, Eglé y a su único hijo varón, Darío, le tocó el turno en 1951.
Otros son los motivos que llevan a Hannah Bond "La niña emo" de 13 años a suicidarse en su cuarto, después de dos semanas de haber entrado al estilo emo. Ella era fan de “My Chemical Romance” y supuestamente estaba obsesionada con el disco “The Black Parade” y con la muerte. Empezó a cortarse y a llenar sus páginas de internet con fotos de chicas con las venas cortadas u ositos rosados colgados del cuello llenos de sangre. “My Chemical Romance” es una banda acusada de promover el suicidio. Se ahorcó con una corbata para impresionar a sus compañeros. La joven, originaria de East Peckham, dejó una nota suicida en la que empleó el pseudónimo “Desastre viviente”. Al regresar de casa de un amigo, Hannah Bond le dijo a sus padres “que se quería matar”, quienes le respondieron “No seas tonta”. La adolescente fue encontrara colgada en una litera una hora después de su advertencia.
A René Favaloro (1923- 2000) las políticas del momento mataron su corazón medico, y el disparo fue muy simbólico en ese sentido. Es uno de los suicidios más altruistas que registra nuestro país.
A lo que llegamos es a que los sentidos singulares del caso por caso, son muy diferentes. El empresario en bancarrota que elige acabar con su vida antes de reconocer que ha quebrado y volver a comenzar lo hace con un sentido diferente a alguien muy frustrado de la vida y que se siente ahogado en sus penas, lo mismo aquel a quien lo determinan sus desamores.
Los motivos son diferentes: egoístas, altruistas, fatalistas, políticos, anómicos, etc. Lo que tienen en común es la decisión voluntaria y el deseo de no seguir viviendo, pese a que muchas veces el entorno cercano podría ser de gran contención o los modos de resolución podrían ser otros.
Cuál es la razón por la que alguien decide suicidarse? Ahí vienen términos tales como depresión, melancolía, delirio… pero ello poco le dice al común de la gente acerca de una razón que haga cesar el dolor o la culpa. Hablar de los allegados de quien se suicida y su situación en el “después de” nos requerirá una sección aparte.
En la parte II de ¿Por qué se suicidan? Vamos a pensar juntos el aspecto social contemporáneo que genera condiciones facilitadoras del suicidio como modo de escape a las crisis.