Familias ensambladas, ¿Un fenómeno de época?

 

En la actualidad, alrededor de 4 de cada 10 familias no se adecúa al modelo de familia tradicional conocido (mamá, papá y los hijos). Los tuyos, los míos y los nuestros, ¿es solo un fenómeno del Siglo XXI?

La realidad es que siempre han existido familias ensambladas. Llamamos así a las familias que en las cuales uno o ambos miembros de la actual pareja tiene uno o varios hijos de uniones anteriores. Esto puede ocurrir porque enviudó, tuvo hijos estando soltero o bien, hubo un divorcio o separación conyugal. Lo que ocurre, es que estas familias comenzaron a ofrecer especial atención a partir de las investigaciones que surgieron después de la Segunda Guerra Mundial con las viudas y viudos de guerra que reconstituían sus familias después de tanto dolor y devastación.

 Sin embargo, en la actualidad el grueso de las familias reconstituidas del mundo occidental lo constituyen los divorciados con hijos que vuelven a formar pareja. De hecho, es la naturalización y legalización de las separaciones conyugales lo que opera como uno de los factores de crecimiento de estos modelos familiares con hijos tuyos, míos y nuestros. Esto no implica que antes la gente se llevaba mejor y por eso no se divorciaban, sino que en general las mujeres por miedo a quedar desamparadas con sus hijos soportaban muchas situaciones que a veces eran muy abusivas. Tampoco, el hecho de que hoy se incrementen otros modelos de hacer familias implica que la familia como institución social esté en crisis como muchos pesimistas auguran. Las familias están cambiando, y ya no hay un único modelo aceptado culturalmente de constituir una familia. Las personas ya no se quedan casadas porque “hay que aguantar”, o por los hijos. La única forma de armar relaciones estables, tiene que ver con un sano desarrollo emocional; cosa difícil a su vez en épocas tan individualistas y de cultura de lo descartable…

Los duelos por las separaciones y los nuevos comienzos

Las separaciones no son fáciles para nadie. Un mundo se viene abajo y una ilusión se quiebra en todos los casos. Las separaciones no ocurren de la noche a la mañana, tampoco el armado de las nuevas familias… 

Esto es importante de entender no solo para los hijos, sino también para los padres. Por eso es muy importante no apresurarse a armar una nueva familia cuando un proyecto de familia ha fracasado o se ha terminado. Muchas veces lo que se intenta hacer cuando hubo una separación o perdida es hacer de cuenta que nada pasó y continuar cambiando personajes en los mismos roles. Esto es injusto para todos, porque se exige completar un modelo deseado que ya se fundió. Está condenado al fracaso antes de comenzar.

Cuando una familia se comienza a ensamblar, es importante respetar los tiempos de cada uno, tanto de la pareja, como de los hijos de uno o ambos  novios o cónyuges. Por eso, es conveniente estar seguros de que la relación amorosa iniciada va con propósitos serios antes de hacerlo público a los hijos, ya que de lo contrario, además del duelo por la separación de los padres, se le suman otros.

A la vez, es importantísimo respetar los tiempos para conocerse, compartir, ver que pueden y quieren hacer juntos. Nadie reemplaza a nadie en esta vida, ni perdemos la memoria cuando una unión matrimonial o de concubinato se acaba. Es importante tomarse el tiempo para hacer el duelo, y no exigir a nadie que venga a solucionar frustraciones y desilusiones. Tampoco nadie puede pagar por otro las ofensas o abusos sufridos. Lo que se interrumpió, se interrumpió. Es necesario tomarse el tiempo y dar el tiempo necesario para poder comenzar a escribir un nuevo capítulo.

Los hijos de las familias ensambladas

En general, lo que se observa es que los chicos tienen menos dificultades para aceptar los cambios que los adultos. A su vez, entre los niños pequeños y los adolescentes, quienes con mayor facilidad se adecuan son los más pequeños. En el caso de los adolescentes, además del dolor por la pérdida de una familia, se intensifican los celos, el rechazo y se suman los propios conflictos del adolescente. El adolescente está más listo para comenzar una relación amorosa que para aceptar que sus padres estén iniciando una.

Padrastros e hijastros tiene que darse un tiempo para conocerse.

La palabra clave es "paciencia". Aquí, algunas recomendaciones:

  • No espere querer a los hijos de su pareja o que ellos los quieran sólo por el amor que tienen a sus progenitores.
  • No compita con los padres biológicos.
  • Deje la disciplina para el progenitor y siempre bríndele apoyo en las decisiones que toma.
  • Cuando haya ganado la confianza del niño podrá compartir el rol disciplinario con su pareja.
  • Mostrar interés por las actividades, logros y amigos de su hijastro de una manera no invasora lo hará sentir importante y sabrá que usted se preocupa por él.
  • Sea justo, no muestre favoritismos entre sus hijos y los de su pareja.

Fuente: El fortalecimiento de la familia ensamblada", Emily Visher y John Visher, Editado por la Fundación Familias Siglo 21. 

La irrupción de las familias ensambladas es tan reciente que ni siquiera existen nombres para señalar estos vínculos excepto los peyorativos y clásicos nombres de cuentos: madrastra y padrastro. Estos nombres han teñido de una connotación sumamente negativa al vínculo, que en ocasiones es así en la realidad misma. La riqueza de este nuevo vínculo está dada por poder funcionar como un referente adulto para los chicos, ya que nadie reemplaza a nadie, ni tendría por qué hacerlo.

Procesar los duelos y los proyectos desarmados, armar un nuevo proyecto familiar, distribuir responsabilidades, usar el dinero, disciplinar a los hijos entre otras cuestiones, constituyen motivos típicos de consulta a los profesionales de la salud.

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