Negocios familiares ¿Como sostenerlos?
“El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.”
Muchas familias inician un negocio familiar sosteniendo que con los de su casa será más sencillo resolver los asuntos de empresa porque todo queda en familia pero, ¿que tan cierto es esto? ¿Es posible armar relaciones solidarias entre la familia y la empresa? o por el contrario ¿esto siempre causa problemas y discusiones?
La estadísticas muestran que la mayoría de las empresas familiares llega a la segunda generación, solo un 30% sobrevive a la segunda generación y un 13% puede llegar a la tercera generación. La pregunta es: ¿A que se debe esto? Vamos a reflexionar un poco acerca de cual es la razón de ser de una familia y de una empresa.
La base de la razón de ser de una familia en nuestros tiempos es el amor, el afecto, el cuidado de los unos por los otros. En las familias se arman proyectos conjuntos, se ejerce el cuidado de la salud, se encuentra contención en las crisis vitales, las parejas encuentran un lugar de apoyo, nacen y crecen los hijos, un dia se van,... y se comparten la mayor parte de las cosas que quedan grabadas en nuestra memoria a lo largo de los años.
En cambio, en una empresa lo más importante es producir, generar ingresos y ganancias, ser eficientes. Para ello es necesario ser racional y lógico.
Entonces, la familia se funda en el afecto, y la empresa o negocio en lo racional y material.
Ahora bien, si esto es así, entonces es muy posible que lo familiar sea un obstáculo para el desarrollo empresarial. En primer lugar porque el afecto es más fuerte que la razón, y ademas es irracional… es decir, no entiende de razones. En segundo lugar, porque es muy probable que frente a un reclamo económico se acabe discutiendo por un reclamo afectivo anterior, como por ejemplo: que el otro hijo es el favorito y por eso siempre accede a más dinero o mas beneficios (cosa que difícilmente se discutiría con un jefe que no es el padre de uno).
En las empresas familiares los miembros que la integran tienden a relacionarse del mismo modo en que lo hacen en el sistema familiar. Si hay un miembro dominante en la familia, con mucha probabilidad lo será también en la empresa, si hay un miembro conflictivo en la familia lo mismo ocurrirá en la empresa.
El dinero y como se administra y reparte no es un asunto menor en las empresas familiares: las diferencias entre hijos varones e hijas mujeres, lo igualdad del reparto pero sin igualdad de horas de trabajo o responsabilidad o la dádiva equitativa de acuerdo al tipo de trabajo… como fuere, ambas constituyen una fuente de conflicto.
Otro asunto fundamental pareciera darse por el ejercicio del poder: padres que se niegan a cederlo a sus hijos, hermanos que se disputan el poder. Esto muchas veces acaba con romper los lazos familiares por años.
Además, pareciera que estas familias por lo general continúan hablando de asuntos familiares en sus vacaciones, cenas y almuerzos familiares, y esto complica aún más el panorama.
Pareciera que las empresas familiares estan más expuestas a un mayor número de dificultades debido al gran caudal de problemas y conflictos afectivos que debe afrontar. Asimismo, las relaciones familiares de quienes integran una misma empresa parecieran resentirse. Si el jefe además es el padre o hermano, los choques tipicos de trabajo se ven agravados por el vínculo. Si el generador de una nueva idea empresarial es un hijo, es muy probable que al padre le cueste aceptar esta nueva idea porque viene de alguien a quien en el fondo considera como hijo primero, y después como emprendedor.
Por eso es importante abrir el diálogo y sostenerlo como familia. Si eso es muy dificultoso es conveniente buscar a alguien que medie entre sus integrantes (que sea ajeno al grupo y confiable). Además es importante tener las cuentas lo más claras y transparentes posible, desarrollar la prudencia en nuestras reacciones, procurar resolver los asuntos familiares en otro contexto diferente al de la empresa, y revisar los acuerdos familiares todas las veces que fuere necesario.
Trabajar no es facil y sostener una familia tampoco… hacer que ambas cosas ocurran con un mismo grupo… ¡eso tiene un costo extra!!