Los celos en la pareja
La pareja…y “el tercero en cuestión”
Los celos tienen un lugar importante en los conflictos de pareja. Muchas de las discrepancias o desacuerdos tienen su punto de partida en los celos de algunas de las partes.
Tanto la tristeza como los celos se hallan entre los afectos considerados normales. Es decir, que cualquiera de estos dos sentimientos puede aparecer en algún momento en la pareja y no hay nada de malo en ello. Casi todas las personas lo experimentamos alguna vez. De hecho, cuando no aparecen en el comportamiento de un sujeto de manera manifiesta, es porque se encuentran reprimidos y tienen un papel en lo inconsciente.
Los celos siempre remiten a una situación triangular en la pareja, es decir, que incluye a un tercero. Pero, y esto es lo curioso, no necesariamente un tercero puede presentarse como alguien con quien nuestra pareja nos esté siendo infiel en el plano sexual. Un televisor, la PlayStation, las amigas o los amigos, un deporte, los hijos, la familia, el auto, el trabajo...TODO PUEDE SER MOTIVO DE CELOS.
El rechazo a los amigos puede racionalizarse de muchas maneras: que es gente que no vale, que son aburridos, que los gustos son distintos. En algunas parejas esto es fuente de muchos conflictos.
Otro de los temas centrales puede ser la familia de origen. La existencia de una doble lealtad, por un lado hacia quienes nos amaron y cuidaron en el pasado, y por el otro, a quien elegimos para formar una nueva pareja, genera conflictos, que a veces son muy difíciles de resolver en la vida de una pareja.
Los hijos en este sentido son un caso paradigmático. El nacimiento de un hijo pone a jugar la triangularidad. La esposa-madre comparte el tiempo entre “dos amores”, el esposo y el hijo. Pero a su vez esto reedita, aunque no seamos del todo conscientes de ello, la triangularidad que ya también existió entre nosotros en tanto hijos con nuestros padres.
La llegada de un hijo transforma la relación: antes eran dos y ahora son tres. Esta no es una situación accidental: un hijo es para toda la vida y durante los primeros meses exigirá una atención constante de día y de noche. El padre encuentra disminuida la atención de su pareja hacia él, cuidar del bebé insume tiempo y también cansancio, no puede atender los reclamos de su marido. A su vez, la mujer tiene que aprender a disfrutar de este cuerpo de madre, pero sin dejar de divertirse a la vez con sus atributos de mujer, atractiva, capaz de disfrutar de su sexualidad en pareja. A veces esto no es tan sencillo.
En el mejor de los casos, la pareja termina aprendiendo a tolerar estos cambios y disfrutando del hijo. Pero en ocasiones, los celos y la posesividad no permiten la aceptación de esta nueva situación. Frecuentemente esto les acarrea una serie de conflictos que van creciendo con el tiempo. También puede ocurrir que allí se dé un vuelco a la búsqueda de actividades por fuera de la casa, y también las infidelidades.
La pregunta que surge en torno a esto, como disparador para pensar es: ¿Qué puedo hacer para hacerle sentir a mi pareja que lo amo y tiene un lugar importantísimo en mi vida?
Celos: “el odiado rival”
Los celos se dan en relación a la persona que amamos. Ya vimos que cualquier objeto y relación puede ser motivo de celos. Pero,¿ qué ocurre cuando los celos son sentidos en relación a un persona que amenaza, o al menos eso es lo que siente el que esta celoso, con robar el amor y el lugar que nuestra pareja tiene para nosotros?
El primer punto a destacar es que hay diferencias entre los celos normales y los celos patológicos y delirantes.
Los primeros tienen cierto fundamento en la realidad. La persona siente por un lado, temor de perder al amado y ve a “ese otro” como un rival a sacar del camino, y por otro lado, se hace reproches a sí mismo, se siente responsable de haber permitido que esto sucediera.
Las mujeres tienen mayor necesidad de ser aprobadas y reconocidas que el hombre, y por este motivo es muy común que las mujeres sientan más celos que los hombres.
Otra cosa son los celos patológicos. La persona manifiesta una actitud “loca”, atentando contra toda posibilidad de sentido común, procura encontrar la infidelidad del otro, aunque este lo niegue. “Los celos no son infundados, por el contrario están fundados en algo que no existe”. Ahora bien, ¿Qué ocurre cuando se trata de celos insanos? El temor se convierte en una actitud constante de sospecha, no importa cuántas explicaciones se le dé. Los celos pueden llegar a niveles tan altos que pueden hasta terminar en el crimen.
Los celos cuando son excesivos representan una pobreza en la capacidad de la persona de amar y ser amado. No es cierto que las personas celosas amen más. Todo lo contrario: los celos delatan dificultades en el amor.
En el hombre celoso lo que predomina es la rabia, mientras que en la mujer celosa, lo que cobra más importancia es la envidia.